17 de noviembre de 2019
Esta va a ser una entrada sin fotos ni vídeos, va a ser una entrada de sentimientos. Los sentimientos que nos embargaron a todos los que el pasado domingo nos congregamos en el Wizink Center de Madrid. Ese día hacía veinte años que nos dejó el gran Enrique Urquijo.
El domingo hacía una tarde fría, muy desapacible, de las que no dan ganas de salir de casa. Pero la ocasión obligaba a vencer la pereza, y vaya si mereció la pena.
Nada más entrar, ver ese neón inconfundible de Galileo presidiendo el escenario me hacía sentirme casi como en casa. Esa casa donde tantísimas veces, y las que quedan, he disfrutado. Bonito gesto hacia una sala emblemática de Madrid que está de aniversario (creo que nada más que treinta y cinco añitos) pero, sobre todo, la sala donde Enrique tocó por última vez en directo.
Y llegó el momento de que las emociones empezasen a desbordarse. El primero en subirse a las tablas no podía ser otro que Rafa Higueras, el alma mater de éste y todos los homenajes que se le han hecho a Enrique. Si ya puso el listón muy alto hace cinco años con ese “Han llovido 15 años” en esta ocasión ha conseguido superarlo. Ya nos avisó Rafa “Va a ser una noche triste, pero a la vez alegre. Va a ser una noche emotiva, pero a la vez emocionante. Solo os pido que disfrutéis”. ¡Y vaya si lo hicimos!
Veinticuatro temas irrepetibles sonaron durante más de dos horas de concierto con un elenco de artistas casi imposible de reunir si no es para rendirle tributo a Enrique. Por el escenario del Wizink pasaron además de Los Secretos y el propio Rafa Higueras, San Damián, Dani Flaco, Rebeca Jiménez, Jorge Marazu, Vicky Gastelo, Juanma Elegante, Andrés Suarez, Txetxu Altube, Mikel Erentxun, Rozalén, Miguel Ríos, Coque Malla, Manolo García, Amaral, Alejo Stivel, David Summers y Javier Urquijo. Mención especial a la Orquesta Sinfónica del maestro Jorge Villaescusa haciendo con Los Secretos, sin pausas, “Aunque tú no lo sepas”, “Cambio de Planes” y “Ahora que estoy peor”. Sencillamente maravilloso.
Y así llegamos al final, y esa tristeza de la que hablaba Rafa Higueras quedó rápidamente diluida entre las canciones, convirtiendo la noche en un momento inmensamente feliz a pesar de la ausencia.
No puedo olvidar que toda la recaudación del evento se destinó a “Cris contra el cáncer” y “Cirugía en Turkana” por lo que además de disfrutar aportamos nuestro granito de arena a estos dos grandes proyectos.
Eterno Enrique